domingo, 8 de enero de 2017

Son tiempos difíciles para entenderse.

El sol y la sangre se juntan a mis ojos.
Un sudor de cereza mana de mis labios.
Los patos son de madera y metal.
Mi mirada se posa en una mazorca en positivo.
Mis guardianes son un trío hilarante.
Este enorme cristal reflectante es una puerta que ojalá pudiera cruzar.
Mis pies fríos no se entienden con mis manos calientes.
Y a veces confundo el hambre con la soledad.

Hay semanas donde las cosas tienen un sentido diferente.
Hay días donde la empatía por soledad consuela.
Hay segundos donde tic, tac, tic...

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