sábado, 14 de enero de 2017

Contrato con el Numen.

Veleidosa arpía...
Me dejo la fuerza de voluntad en esta tarea.
Al menos una vez en mi agitada jornada me siento a dedicarte unos minutos, aunque el cansancio me azote buscando mi renuncia.
¡No me esquives, maldita y necesaria!
Más te (me) vale que, al cabo de un tiempo, termines cediendo a mí.
Si el problema es mío, ¡enséñame! Pero no me dejes con cara de tonta mirando mi mediocridad.
¿Por qué a mí no me acaricias?
¿Qué anhelas, caprichosa? ¿más arena de mi reloj? ¿un trozo de mi alma?
¿Es eso, tiempo, consagración... lo que tu indiferencia simboliza que me estás demandando?
Prometo prestarme a ti, con la condición de que me ames de igual forma.
Esto es un contrato.


Yo, __________ , me comprometo a mostrar dedicación y paciencia, y a nutrirme en pos del crecimiento necesario de _________ , de forma que, el mismo, devuelva con entusiasmo mi entrega en forma de riqueza creativa y compañía.

Firma del afectado:                                                                           Firma del solicitado:
_______________                                                                            _______________

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