jueves, 12 de abril de 2012

El manual del Ser Libre.

Coje las llaves de tus manos.
Aquellas que abren todas esa puertas.
Llámala.
Corre.
Tira piedras a su ventana en la noche.
Grita su nombre.
Haz que te abra la ventana y te diga que no grites, que vas a despertar a los vecinos.
Sonríe.
Grita que te da igual, que el mundo lo sepa.
Grítale que la amas.
Y entonces, corre.
Aléjate de allí.
Corre libre.
Porque aunque ella no te corresponde tú mereces vivir.
Sonríe.
Ríete mientras tus piernas vuelan rozando el suelo con la suela de tus zapatos.
Abre los brazos.
Siente el viento que zarandea violentamente tus cabellos.
Ya nada puede ser igual.
Rompiste las reglas de todo.
Todo lo que te ataba está desatado.
Eres un ser más de la naturaleza.
Y es entonces cuando la noche se duerme y el sol se alza.
Hermoso.
Dorado.
Y te fundes con él.
Todas tus sensaciones.
Todos tus pensamientos se funden en la cegadora luz de su sabiduría.
Y tu esencia se transforma en un ser inmortal.
Eterno.
Y a la vez fugaz.