Una esfera transparente
colocada un instante,
en un pequeño estante
de nieve de oriente.
Comienza a transformarse,
sin prisa, pero sin pausa.
Nadie sabe la causa,
pero aquello es para enamorarse.
El frío la petrifica
con inaudita belleza.
Desconocida es su rareza
y quien la sepa, ya es rica.
Y así es como aprendemos
que muchas cosas de este vivir
nos pueden hacer sonreír
y ni las compramos ni las vendemos.
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