domingo, 26 de febrero de 2017

Y volver.

   Es vertiginosa la altura
del slack-line que resulta
el sentirse 3 pasos por delante de tu cuerpo.

   Sentirse más futura
que presente.

   Aspirando la dominación de la vida
como una moira que ansía
controlar todas las almas
del gran telar.

   Solté por fin todos los hilos
y dormí la mañana,
ordenando así las decisiones en el sueño.

   Los ojos me pesaron como plomo
cuando decidí despertar.

   Pero ¡qué importaba!
como boomerang yo había vuelto
y fui capaz de volver a enfocar
como si hubiera encontrado mis gafas del momento.

   Me siento rara,
pero al menos me siento.

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