pero valía la pena los colores sufridos.
Y con el miedo al filo de mis caderas,
tenso está el arco del comienzo de mis muslos.
Pero todo eso no importa
si después se me olvida el tiempo
en la acción caracolada de mi cuerpo.
Es mi sino:
tan sólo quiero danzar;
aunque sea todas las danzas
del mundo.
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