martes, 14 de marzo de 2017
Pidóm Pidóm.
Tengo vértigo
y hace viento.
Tengo zapatos resbaladizos
y una gravilla traicionera
bajo mis pies descalzos.
Veo miles de espejitos
que aparecen y se van,
y te veo y no te veo,
y me veo apenas.
La luna me ofende a escondidas
para que vaya llorando
a su estrellado consuelo.
Los témpanos
de mis pies
no se calientan ni aunque
lleve 8 medias naranjas.
Ebriedad y sobriedad
que juegan al tira y afloja.
Mi corazón
está mudando de piel,
porque se cansó de ésta,
gastada, asustada...
El borde del precipicio
del cañón del colorado;
sentirme menos sola
en horizontes naranjas.
Estoy dejándolo con mi miedo,
mi miedo a quedarme sola
por perseguir a otros
que no son mi propia compañía,
que no son yo.
Quiero seguir
en las baldosas amarillas,
si es que éstas
me llevan a casa.
Totó,
volvamos a Kansas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario