viernes, 3 de marzo de 2017

En(tre) vueltas de páginas.


   ¡De sopetón!
y sin aviso,
hojeando páginas de anteriores capítulos
de mi línea existencial
fue la primera vez
que no me sentí ajena a mi historia.

   Fui espontáneamente capaz
de encarnar una de las tantas y
pasadas personas que fui,
y los recuerdos se alzaron
teñidos de realismo;
de realidad.

   De pronto,
no tenía en blanco mis páginas anteriores
sino un libro de cuentos
meticulosa y exquisitamente ilustrado.

   Vivo, como el poema más sentido de Lorca.
Ordenado, como la geometría en el lienzo de Kandinsky.
Excéntrico, como la acción performativa de Yoko Ono.

   De pronto,
no me sentí huérfana de pasado,
ni mendiga de una historia concreta.

   Las letras de mi DNI
tomaron forma
y tuvieron un sentido;
y mis pómulos rosados, un origen.
Durante un largo rato
no me sentí fantasma.

   Durante un largo rato,
sentí que había existido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario