sábado, 11 de marzo de 2017

JSLJ.

   Repito la misma poesía
porque sólo bordeo
el pensar de los días,
y me duermo
las luces de sol, para
acallar lo que me pone triste.

   Pero ayer
en la urbanización fantasma,
petrificadas mis emociones
viejas allí,
un reflejo mío
me hizo hablar.

   Me recordó que no importa
el tiempo que pase;
una espina clavada
se debe sacar,
y la herida
debe limpiarse y curar.

   Parece que aún te tengo
como espina doliente,
Creyendo que el tiempo
y otros amores
habían hecho sanar por sí sola
tu herida profunda.

   Ya me he dado cuenta
de que no es así.
Quizás no te lloré lo que debía.
Quizás no te lloré como debía...
Quizás.

   No me dueles como memoria.
Tan sólo me pesa
este mal sellado.
La cremallera se cerró a medias
dejando enganchado un trozo
malherido en el recuerdo de la piel.

   Nuestra lucha fue
menos fuerte
que nuestra juventud
y menos sabia
que la experiencia;
aquella que no teníamos.

   Ojalá existiera una ventanita
donde espiar
si me recuerdas con cariño,
o tan sólo
soy un nubarrón
que no quieres recordar.

   Por mi parte
desde esta ventanita que es
mi poesía,
querría darte a saber que te recuerdo
como aquello que, un día,
quise más que a mí misma.

   Siendo quizás ese el error,
el camino directo
hacia el laberinto
donde terminé,
sin que mi intención fuera
jamás destruirte.

   Eres un párrafo
en mi historia,
y soy consciente de que
eso no desaparecerá,
ni querría que
eso pase.

   Y yo
soy otro párrafo en
la tuya,
mal que te pese.

No hay comentarios:

Publicar un comentario