Se desentierra como planta,
poco a poco,
una idea cada vez más presente:
es importante ser feliz
en los sueños rotos.
Seguir con las piezas
y volver a montarlas
con otra forma.
Confundimos demasiado a menudo
ilusiones con anhelos,
y cuando las primeras se rompen
ya damos por perdidos
los segundos.
Pero es que
duele mucho fiarse de nuevo.
A nadie le gusta que lo mismo duela dos veces.
Pero...
¿Cómo rendirse sin saber
si a la siguiente ya toca?
No hay comentarios:
Publicar un comentario