viernes, 3 de marzo de 2017

Los almendros ya florecen.


   Veo pasear los paisajes,
hoy, que lloran los cristales.
Sus carreras mojadas
son el canto
que templa mi confusión.

   Estoy confusa,
como el caminante ante 
una bifurcación
con idénticos carteles,
cada uno en una dirección.

   El tren no para de toser
mientras intento descifrar
este estado
que parece ser más para vivirlo, 
que para encontrar solución.

   Anhelando un sol pintor,
y su musa el cielo desnudo,
bastó pensar que extrañaría este gris
para en seguida entrar
en el bucle de su canción.

   He decidido que iré sola
a pasear por tus dominios
sin avisarte.
Estoy enfadada contigo
hasta que no necesite más culpables.
Estoy enfadada conmigo
hasta que aprenda a perdonarme.

   No sé cómo aún me sorprende
el mal hábito, las prisas
por pasar de una etapa a otra
sin que la primera
haya concluido.

   Los almendros ya florecen en Madrid,
pero todavía sigue haciendo frío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario