miércoles, 14 de junio de 2017
Quemando un error.
Se me cansan los brazos
después de un tiempo
manteniendo
los fragmentos que soy yo
todos juntos.
Y lo siento,
pero hoy estoy enfadada
conmigo.
Y me merezco darme
la regañina;
y me merezco
llorar la culpa.
Y si ahora
tengo que cargar conmigo
es porque
estos últimos años
no le dediqué ni un momento
a la costura.
Y si ahora
me sangran los dedos
es por no haber hecho callo
durante todos estos
años.
Todas estas cadenas que
aprietan y queman mi pecho
es menester que
lo hagan.
Y es menester que
agonice en ello.
Quiero arder tanto
que la cicatriz sea
eternamente sensible.
Para que,
si llegara tan siquiera a pensarlo,
me queme tanto el pecho
que no vuelva a cometer jamás
este maldito error.
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