domingo, 7 de mayo de 2017
Respirar.
De pronto, hoy
me vi capaz
de subir las montañas.
Soy consciente;
me mantengo
en el vértigo de la soledad,
y me siento
cada vez más poderosa.
De mí.
De mis capacidades.
De mi fuerza.
Hoy sentí
que mis pulmones
se expandían hasta
Cercedilla.
Que mi pecho se agrandaba
y que la naturaleza
florecía mi vista.
Sentí que volvía
a ver.
Sentí que volvía.
Que de pronto
el charco ya no era charco,
era océano
con arrecifes de coral
y el reflejo de los cielos
como fotografía.
O como portal.
Aún cuando los atardeceres
todavía me hagan sangrar
igual que ellos,
y la noche
aún la sienta
como si no fuera a amanecer
más.
Siento que ya vuelvo
a respirar con normalidad.
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