martes, 30 de mayo de 2017

Conversación de cuatro.


   Nunca me dejó ver
más allá de las cortinas de niebla.

   Y mira que llené los suelos
de granadas de mano
sin seguro.

   Cada día usado
me siento más segura al afirmar
que ni siquiera él cree que esté
bajo el agua
la parte que falta del iceberg.

   Casi me ahogué buscándolo.

   Lo siento,
quizá mi lupa también estuviera
empañada con lo que
hubiese querido
ver.

   Aún en la frialdad
sigo recordando el espejo
que como una Alicia desesperada traté de
cruzar, a sabiendas
de que no había sólo lo que parecía
ser un reflejo.

   Lo único que quise
fue una conversación de cuatro:
tú, yo, mi demonio y el tuyo.

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