jueves, 31 de agosto de 2017

Un pasito más.


   Fue bajo las humedades
externas que me encontré,
por fin, tras algunos días de bagabundeo
y de culpa.

   Y por primera vez
aunque la cabeza lo hubiera repetido
hasta la saciedad,
pude comprender.

   Que volver al centro
no es dejar de querer.

   Y que el miedo y la sensación
de obligación,
son los peores enemigos
para el desarrollo de un afecto.

   Sabía de este click,
pero nunca había escuchado el sonido.

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