miércoles, 9 de agosto de 2017

Busco pies de plomo.


   El pie izquierdo en presente
y el derecho anclado profundo en mi
frente interna.

   Que gira, y tuerce el todo,
torciendo, quizás,
un poco de mi presente, también...

   Siento que debo abstenerme al ruido para,
unos días de trompicones más tarde,
volver a pisar Bogotá.

   Pero no sé qué construir
ahora, con estos fragmentos quebrados.

   Y la duda sobre si la niebla se cierne
realmente sobre mi visión objetiva
sólo entorpece mi primer paso.

   Nunca sé cuándo,
ni cuánto,
ni si debo quedarme parada.

   Quisiera caminar,
dejar de sostener el pensamiento,
y sostener en pausas la respiración.

   Y recobrar el oxígeno que me roban
estas altas montañas... y un poco el pensarte, también.


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