domingo, 6 de agosto de 2017
Como a luna llena.
De pronto,
el alma se la lleva el viento,
como a las hojas secas del
otoño
que no existe aquí.
Y volaría, dorada,
como una de ellas
hasta tu lecho de madrugada...
a mirarte respirar pausado.
Acostarnos al mismo son,
uno en el futuro,
y el otro en el pasado.
Ahora que lo siento
me doy cuenta. Que no florecí
estos 3 inviernos.
Y por vez primera
desde que el sol se escondió
hace tanto,
y volví a forzar mi batir
cegador,
siento que siento.
Que te siento,
aunque no lo sientas.
Y no sé si lo sientes,
no quiero saberlo aún.
Suspirarte con placer
en mi almohada,
ahora,
a millares de pasos
y perfecta mi soledad,
es suficiente.
Para soñar,
después,
que me aúllas como
a luna llena.
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