domingo, 30 de julio de 2017
Media luna creciente.
Hace días que estoy
y no estoy;
como cruzando un puente finito
de altura infinita.
Y yo con vértigo.
Una fuerte realidad
manchada de anhelo
en proceso de cumplirse,
enturbiado
por sueños recordatorio.
Y en la madrugada,
mi auto-perdón.
En la madrugada,
la tranquilidad o la angustia,
y saberme
con la oportunidad
floreciente.
Hasta ayer
no me supe presa
del pánico al blanco cerebral.
Y cuantos más caminos
dibujo, más sendas
abarco,
mayor es la calma que mece
el compás de mi pecho.
Un compás atormentado,
que transforma
el torbellino interno
en roca
a simple vista.
Puede que parezca una
triste flor, aburrida.
Pero no lo soy
sólo porque
no comprendas mi naturaleza.
Créeme,
cuando te digo que
he malgastado años
en intentar
comprenderos.
No soy más sabia
sobre vosotros.
Pero desde luego,
he desarrollado una
enorme enciclopedia
sobre lo que
no soy
yo.
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