martes, 18 de julio de 2017
Dalila & Sansón.
Tan sólo quiero
saber dónde me dejé olvidada
esa melena
mía,
contenedora de todas las
fórmulas de éste,
mi ser.
Dónde, mi este
y su nuevo sol indoloro
de cada despertar.
Sé que soy Dalila,
pero arrasé contra mi Sansón un día
y no supe volver
a mi
fortaleza.
Y ahora me miro en todos los
espejos, y sólo
quiero que el tiempo
pase deprisa
pero esta vez no por encima de mí.
Ni debajo,
ni a escondidas.
Desbaratar este telar
mal tejido;
quiero hacer otro tapiz donde
esté mi historia y no
la de otro.
Y no volver a las aún
no viejas corrientes
que siguen arremolinándose
y, ¡ay!,
como me pillen
despistada.
Me asustan los
cofres llenos pero vacíos
del mismo modo en que
el silencio
más perfecto
nos
enloquece.
Pero más me aterra
cerrar los ojos con la luna
y que el nuevo sol
no los abra.
Perdona, me pillas
barriendo,
haciendo espacio
porque tengo que acoger
una nueva compañera
de piso.
No soy yo,
pero va a acompañarme siempre,
eso dicen;
eso digo yo.
Y me apetece
que tenga su espacio...
y así esperamos las dos
a que me crezca
el pelo
otra vez.
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