sábado, 25 de febrero de 2012

El espejo de la luna.

La luna se miraba en su espejo: el mar. Se admiraba, su blancura, su pureza, su brillo. Sin embargo se sentía sola. y cuanto más triste se sentía más delgada se hacia. Iba adelgazando hasta que casi desaparecía, convertida en un finísimo semicírculo. Pero como todo, siempre hay un fondo. Entonces, una vez tocado ese fondo la luna empezaba de nuevo a engordar su ego de manera que se engrosaba también su talla. Crecía cada vez más redonda. Cuánto más se miraba en el mar, más bella se veía, y más grande se hacía. Con orgullo iba aumentando su tamaño hasta que ya no podía crecer más. Lo máximo a lo que podía llegar. Entonces, ya sin objetivo, sin nada por hacer, volvía a mirar a su alrededor y a sentirse sola de nuevo, y el proceso retornaba.
La luna se miraba en su espejo: el mar. Suspiró. Y empezó a sentirse triste. Cerró los ojos y empezó a sumirse en su circulo vicioso. El circulo en el que había permanecido durante miles de millones de años, y del cual no podía salir, y del que nunca saldría.
http://www.youtube.com/watch?v=9RrsaAPGrjY

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