sábado, 25 de enero de 2025

La mancha de Murrú

     ¿Sabes? Por fin. Por fin lavé la funda nórdica.
Y las sábanas, y las mantas...

     Estaba haciendo la cama cuando me faltó algo,
sentí que algo me faltaba.

     Borrada, por el poder del oxigeno del futuro,
tu mancha no estaba más. 
     Y me quedé mirando, confundida, la esquina 
en que debiera encontrarse.
     Seguí mirando, sin entender. 

     Tu mancha, ¿a dónde fue tu mancha?

     ¿Recuerdas? te sacaron un dientecito,
y tú babeabas, grogui aún
por la anestesia... 
     Al día siguiente, en un burruño de mantas, justo en
esa esquina,
quedó sellado (yo creí que para siempre)
tu sueño profundo.

     Tu mancha ya no está más.

     Aunque tú sí estás.

     Pero un día no estarás.

     ¿Qué haré entonces? me pregunto. Me pregunto
qué haré cuando me faltes y me falte tu mancha
también. 

     Me pregunto si agarraré un rotulador rojo
y dibujaré lo que fue, lo que fuiste. Tu
regalo. o si lavaré de nuevo la funda nórdica.

     Me pregunto quién seré yo cuando tú ya 
no estés (aunque no haya sido por acto divino).
     ¿Seguiré siendo amable?
     ¿Seré, tal vez, más amable aún?

     ¿Seguirás siendo igual de dulce aunque yo no esté?
     ¿Me olvidarás?
     Ojalá puedas olvidarme... ojalá puedas enamorarte
de otra mamá, y tener un final tan tierno
como la vida que yo quise darte y
no pude.

     Tu mancha ya no está, anunciando
tu inminente falta.

     Y tú todavía estás, y me recuerdas que todo esto está
en mi cabeza.
     'Mamá, pon los pies en la tierra'.

     Hijito, ¿ya tiene hambre?

No hay comentarios:

Publicar un comentario