Dame la vela.
La estuve buscando hace tanto tiempo... Recorriendo bosques negros,
empantanando mis zapatos al cruzar los raudales de lágrimas
de una adolescente fuera de tiempo.
La vela me va a dar luz.
Va a iluminar el trayecto que ha seguido esa muchacha;
va a darle perspectiva a mi extraña antigüedad.
Me va a mirar extrañada mi juventud, la extraviada.
Esa vela me va a calentar.
Pues no hago más que soplar mis manos, generando esa chispa entre rocas,
la que nos dio la vida por primera vez. Busco
mi propio aliento tibio.
Bendita vela que quema.
Con la cera caliente, me recuerda <<eres de carne, te circula la sangre,
está vivo este cuerpo de huesos abrazados>>. Y me enfrento al miedo
que le tengo a mi propio miedo.
Permanece, vela.
Sin más combustible que el oxígeno que yo también consumo. Juro
volverme planta si no queda suficiente para las dos.
Lo juro solemnemente.
Se acaba tu pabilo.
Pero no tu cuerpo fundido. Saco por mi garganta nuevas mechas que recubro
con tu piel. Me volví planta para cohabitar las dos. Salí de la cueva
para respirar juntas.
Respiro como soy. Y el viento te apaga.
Falta Luz.
*Sonido de cerilla encendiéndose*
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