viernes, 29 de diciembre de 2017

Ba-cía.


   Cuando desperté
encontré que me hallaba
varada
en medio de unas
rocas, y con apenas
unas olas hidratando mi cuerpo.

   Observo con levedad
el aire,
si es que acaso se pueda,
sin más ejercicio
que un respirar acompasado, y
el azote del aire
en pestañeos.

   Hace un tiempo ya
que comencé a notar que
el rumbo era indeciso...

   Me había alejado tanto
para poder oír mi propio canto
de entre mis contiguas.

   Me alejé tanto
para dejar de oírlo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario