viernes, 26 de enero de 2018

Vocecita de hada.


   Se pasea por la atmósfera
de mis entrañas, liviana.

   Traducida en una balanza 
perfectamente equilibrada.

   Caigo en la tormenta
cuando queda descuidada;
en un ramaje oscuro,
en una senda olvidada.

   Aprendo a quedarme quietita,
como una niña silenciosa
capaz de admirar embobada
lo excepcional de cada cosa.

   Perlas de cristal en el pétalo
de una rosa, en la mañana.

   Más sencillo aún,
una casa ordenada.

   Ser capaz de apreciar simplemente
la caída eterna y preciosa
de un granito de arena 
no es tiempo que se escapa.

   Sino que escapas tú
al son de una mar serena.

   Hasta que al fin logras
oír tu voz anhelada:
tu vocecita de hada.

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