martes, 23 de enero de 2018

En contra de la ley.


   Siento con frecuencia que debo
escribir acertijos
para que mi cabeza cansada
deje ya de perseguirme con
la toga y el martillo.

   Cada hada que querría hacer
tinta virtual, y cuya perpetuidad anhelo,
se ve amenazada por la ley.

   Y me rehúye, como pirata condenado,
cada posible aliento de musa
con que transformar lo feérico en frases
cantantes.

  En coros que susurran en las cabezas
de quienes me hojean.

   A esa ley, tal vez, le atenace el miedo
a liquidar el entusiasmo embrión,
a despachar sin asomo de piedad el más pequeño
suspiro que, mi cuerpo cansado,
pudiera sostener en la danza de polvo en que
se encuentra suspendido.

   Cuánto alboroto sólo por poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario