miércoles, 24 de enero de 2018

En quirófano.


   Hoy fue el primero de todo un ciclo lunar
de jornadas,
y me despedí esta mañana de 
mil significancias.

   Qué sorpresa ver 
que así había sido también tu mañana,
pero manifiesta en la nube, 

¡con destinatario y remitente! 
Qué detalle.

Encarnó el enojo de mi estómago,
escondido éste bajo la comprensión que, siempre,
me mantiene a 2 centímetros de 
mi piel.


   Quise ponerle nombre,
incluso jugar con el antónimo que le puse
a la verdad sin tamizar de tu sueño.

   Darle un nombre que no fuera el que
te ampara, pues no eres destino 
del proyectil de mi ira,
sino que mi enemigo adoptó tu forma;
tal como yo me temía.

Pero así estoy, 
al fin,
con la cólera en la garganta, y 
escupiendo su veneno.

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