domingo, 21 de enero de 2018

A escondidas.


   Estoy delante,
otra vez, de esta falsa carta
sin construir, a escondidas.

   Porque pretendo dejar salir esa
mitad que me corroe y se diluye con su
espejo, sin que descubra ésta su destierro.

   Un meta espejo, que se va reflejando
infinito, y no me permite discernirte,
peligrando la pureza.

  No puedo alargar mi
brazo y aludirte de forma
manifiesta.

   No aún, que todavía está
la porción sana torcida,
mezclada a una mitad tan peligrosa.

                       *

   En cada aguacate que fragmento,
así como el humor que profeso,
están mezcladas esas dos mitades,
y te extraño con cuidado, y bien atenta;
en ocasiones no distingo por cual de ellas
es que prospera mi llanto...
pero un instante, cuando ella esté distraída
escribiré en la hoja en blanco
"Tranquilo, no te arrojé,
te tengo escondido en mi arboleda".

No hay comentarios:

Publicar un comentario