domingo, 21 de julio de 2019

Salmo 01.jpg


   Nuevamente, sigo creciendo
aunque como bien dices
Cristian, oh mi señor,
sufro mucho en el "mientras tanto".

   Hoy lloví un dolor que hacía tiempo no burbujeaba en el pecho.

   Se repite cada tanto,
es amargo,
y, ¿cómo será la herramienta,
qué color, que peso, qué forma,
aquella que alivie el vacío frío?

   Y si no está en mi control,
cuál es la que la suple.

   Lamento tanto no poder creer en Dios,
y mira que lo he intentado... Nada creo que haya
más reconfortante que la certeza absoluta de un amor incondicional y omnipoente
que te escucha y por ti vela 24/7.

   Se me ha dicho que algo parecido es el amor familiar.

   Yo no puedo con el vacío de tantas cosas,
y colgarme como mico de familias ajenas
comienza a perder valor... ¡Ay!, cómo atenaza el miedo entonces.

   Cristian, oh, mi señor,
el tiempo se me acaba y la presión me taladra los nervios.

   Soy humana, soy frágil, preciso del afecto,
preciso de la fe, ¿En quién debo volver a creer
sin sentirme posteriormente fustigada por la razón fría?

   No sé transitar
con la carencia como dos fardos de paja descansando
en mi espalda torcida.

   La fe es valiosa,
pero no sé cómo hacerla mía.

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