martes, 14 de noviembre de 2017

Tin-tineo.


   Una burbuja de nube
en tu mejilla;
dentro.

   Salpicado de motas
canela, el contorno inferior de
tu mirar
casi seguro.

   El tintineo en tu timbre,
liviano, pequeño y
soprano.

   Son fragmentos que
aparecen, y que me desaparecen
por instantes.

   Y me alejo, entonces,
unos pasos,
para contemplarte entero.

   Y me acerco, entonces,
otros pasos,
para mirar tu adentro.

   Asumo ser sencilla
e ingenua en mi
d-escribirte.

   Este poema es tan
cristalino
como un arroyo recién nacido.

   Porque así te veo,
y así te quiero
ver.

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