viernes, 27 de octubre de 2017

A golpe de témpano.


   Tantas veces se me olvida
que el hielo también
quema.

   Hoy lo recordé
cuando me abrazó el pecho.

   No,
cuando me abrasó.

   No fue un adiós,
fue tan sólo un momento.

   Me pregunto ahora si,
tal vez,
el último de tan airadas
respiraciones.

   Hoy aprendo que
a golpe de témpano
se destruyen
castillos de naipes.

   Aquellos que son
más fuertes
que nuestro yo más frágil.
 
   Y con gratitud acepto que,
otra vez,
yo no pude.

No hay comentarios:

Publicar un comentario