Quiero decir: no es mi alma desprovista de ego la que maldice
en mis adentros; la que me maldice.
en mis adentros; la que me maldice.
Es la voz que una vez tomó las riendas cuando yo estaba incapacitada,
y me arrastró mientras ella cabalgaba, y yo permanecía
atada al corcel.
y me arrastró mientras ella cabalgaba, y yo permanecía
atada al corcel.
Esa voz, que me convenció en varias ocasiones
de que era mejor finalizar el juego...
a veces todavía se asoma con esa perorata.
de que era mejor finalizar el juego...
a veces todavía se asoma con esa perorata.
No quiere soltar las riendas.
No quiere soltarlas, y ya es hora. Me obliga a la guerra interna.
¿Ella sí merece paciencia y que le hablen bien...
cuando ella me pisó la cabeza contra la grava si
protestaba?
¿Ella sí merece paciencia y que le hablen bien...
cuando ella me pisó la cabeza contra la grava si
protestaba?
Decidió no correr riesgos. Decidió no sacarme del tormento.
y ahora... ahora pide respeto cuando sigue escupiendo en
mis decisiones. Cuando critica cada pequeño paso.
mis decisiones. Cuando critica cada pequeño paso.
Es la guerra, pero yo no voy a ceder sola.
Tiene que ceder conmigo.
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