jueves, 13 de abril de 2017

Da miedo.


   El sol sale y se pone a diario
y cada vez siento menos miedo
de perderme
al irme a dormir.

   Cada puerta que cruzo
es más delgada, pero más colorida,
y cada vez
huelo más cerca los jardines.

   Me he dado cuenta
de que no hay solo uno,
y que no pueden coexistir.
No.

   Y da miedo.
Da casi tanto miedo como estar vivo
y la inevitable posibilidad
de morir ahora.

   Vivir da casi tanto miedo
como morir.
Si no lo has sentido alguna vez así
¿Realmente crees vivir?

   Casi me ahogué esta tarde
en una tormenta oceánica de preguntas
y de negativas a las mismas
en mi nueva libreta.

   Da miedo atreverse a preguntar.
Atreverse a aceptar que,
quizás,
te estés planteando... eso.

   Pero, ¿sabes?, prefiero caminar lento
con las pesadísimas botas del miedo
que permanecer paralizada,
encerrada en mi propia cárcel de NO.

   ¿No es eso ser valiente?
¿No trata la valentía
de tomar el miedo como compañía
y caminar?

   Sé que parece extraño.
Da miedo ser valiente.

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