martes, 17 de julio de 2012

Mi palacio interior, será tu cobijo.

Hubo una vez una historia,
La historia de muchacho que conocía el valor de la libertad, y creía ciegamente en sus principios.
Hubo una vez una historia
De una muchacha que amaba la libertad ante todo y que era hija del arte.
Hubo una vez una historia
De dos muchachos que se encontraron en un punto exacto en el espacio y el tiempo. Que se conocieron interiormente y se amaron.
Dicha muchacha fue enviada como ángel guardián. Su misión era proteger a aquel muchacho. Pero hubo un error en los cálculos. Ella se enamoró. Y él también.
Bajo el manto del enamoramiento el ángel guardián estaba desprotegido. Se convirtió en un alma humana como consecuencia de dicho acto. A pesar de transformarse en humana y no recordar su paradero, inconscientemente tenía el impulso de cuidarlo, de mantenerlo a salvo. Y eso hizo.
Hoy en día los dos siguen luchando.

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