Hoy lo he visto.
He visto unos ojos azules reflejados en unos ojos negros.
He escuchado la historia de una vida de guerras, dentro del ritmo constante que tuvo el cielo,
en su día.
He sentido la sonrisa en forma de chispa en esos dos pozos,
exactamente igual que aquel celeste verano.
Percibí...
Percibí...
el sol enamorado, dentro de una piel de barro.
Creo que un cuervo dulce encontró en mí el silencio que escucha sin juzgar.
Hoy he aprendido que el azabache tiene cierto encanto para mi.
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